El documento emitido por la Congregación, bajo el título «Imposición de la ceniza en tiempo de pandemia», detalla que, una vez que se pronuncie la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirigirá a los fieles congregados diciendo una sola vez y para todos la fórmula del Misal Romano: «Convertíos y creed en el Evangelio», o bien: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás».
Una vez hecho esto, según refiere la congregación vaticana, el sacerdote deberá limpiarse las manos y ponerse la mascarilla para protegerse nariz y boca protegiendo así a los demás. Acto seguido, impondrá la ceniza a todos aquellos que se acerquen a él o, como posibilidad, podrá acercarse a los fieles que estén de pie en su lugar. De esta forma, el sacertote tomará la ceniza «y la deja caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada», evitando así el contacto al marcar la señal de la cruz en la frente.
El documento -al completo al final de esta informacón- fue firmado este martes, 12 de enero, en el Vaticano por el prefecto de la congregación, el cardenal Robert Sarah, y por el arzobispo secretario, Arthur Roche.