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LA UPA EL CRISTO-SANTA TERESA ACOGE A SAN JUAN DE LOS CABALLEROS PARA FESTEJAR LA CATORCENA

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Por primera vez en la reciente historia de El Cristo-Santa Teresa, la unidad parroquial acogerá la celebración de la Catorcena que hubiera correspondido a San Juan de los Caballeros. Un trabajo en equipo entre sacerdotes y feligreses, en colaboración con la Asociación de Vecinos Cristo del Mercado, la Asociación de Vecinos Puente de Hierro, la Cofradía del Cristo del Mercado, la Comandancia de la Guardia Civil y la Base Mixta, como así lo ha subrayado esta mañana el párroco de El Cristo, Jesús Fco. Riaza, en la presentación de esta celebración junto al historiador Alberto Herreras.

            Resultado de ello una programación que nace con una dimensión eminentemente espiritual, puesto que la Catorcena es una exaltación de la Eucaristía. Así, durante toda la semana las misas estarán presididas por sacerdotes relacionados con la UPA. Además, habrá adoración cada día y el Obispo de Segovia, César Franco, presidirá la Eucaristía del día 4 tras la procesión con el Santísimo.

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            Esta Catorcena también tiene una dimensión cultural, puesto que, además de las charlas, la visita a San Juan de los Caballeros y el concierto de la Unidad Musical Segoviana se ha organizado un concurso escolar de relatos y dibujo. Además, se ha aprovechado para restaurar el cuadro y retablo de la Misa de San Gregorio y la ermita albergará una exposición de objetos relacionados con la Eucaristía. Tampoco ha quedado fuera el aspecto social, creando en colaboración con Cáritas unas becas para material escolar de cara al próximo curso que responderán a la necesidad de los más pequeños.

            El historiador Alberto Herreras ha querido invitar a todos los segovianos a participar de esta celebración puesto que, «aunque es una fiesta parroquial, está abierta a toda la ciudad». Especialmente, a esa procesión eucarística «que ha sido el acto central, desde siempre», para que todos los fieles de la ciudad hagan suya la Catorcena, «una fiesta alegre como toda celebración cristiana», ha subrayado Herreras. De otra parte, ha remarcado lo especial de la exposición eucarística en la que destaca una pequeña talla de un Cristo crucificado, la custodia cedida por las hermanas Jesuitinas —que procesionará el domingo 4— o la custodia sobre el Sagrario de la ermita, procedente precisamente de la desaparecida iglesia de San Facundo y cedida por la parroquia de San Martín.

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Historia de la Catorcena

Alberto Herreras ha hecho un repaso por la historia de la Catorcena. Las crónicas sitúan el origen de esta celebración hacia 1410, cuando el sacristán de la entonces parroquia de San Facundo, ahogado por las deudas que arrastraba, robó una Hostia Consagrada y la vendió para ser profanada en la calle Malconsejo. Entonces, la Sagrada Forma fue arrojada a un caldero de aceite hirviendo pero, para sorpresa de los presentes y de forma milagrosa, primero quedó suspendida en el aire, y después salió volando, produciendo una abertura en el edificio, para acabar en la iglesia del Convento de la Santa Cruz. Allí estaba celebrando la Eucaristía un fraile dominico, quien la recogió y la guardó en el Sagrario. El lugar de este suceso fue el actual convento de las hermanas Clarisas del Corpus Christi, antigua Sinagoga Mayor.

            Como desagravio, catorce de las parroquias con las que contaba la ciudad por aquel entonces acordaron celebrar un acto eucarístico que sirviera para hacer memoria de este milagroso suceso. Cada año, una parroquia se encargaría de preparar esta fiesta, alternándose entre las intra y las extramuros. «A cada parroquia le correspondía preparar esta fiesta cada catorce años, de ahí el nombre de catorcena», ha recordado Herreras.

           Desde este hecho han pasado ya 612 años. Muchas de las parroquias originales ya no existen, por lo que, ante las voces que abogaban por la desaparición de esta tradición, desde el Arciprestazgo de Segovia se planteó la posibilidad de que las nuevas parroquias acogieran las celebraciones de aquellas donde ya no hay templo o está sacralizado, como es el caso actual. Así, este año le correspondería a San Juan de los Caballeros, acogida por la Unidad Parroquial de El Cristo-Santa Teresa.

Restauración

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Sara Marín y Beatriz Rubio son las responsables de ConservarArte, la empresa encargada de la restauración del cuadro y retablo de la Misa de San Gregorio. Providencialmente, y siguiendo la tradición antigua de «tirar la casa por la ventana y hacer algo nuevo», según decía Herreras, con motivo de la Catorcena, se ha restaurado esta obra, un trabajo que han emprendido Sara y Beatriz durante dos meses y que han presentado oficialmente esta mañana.  

            Cuando comenzaron su trabajo, se encontraron con daños propios del paso del tiempo por la madera, así como la acumulación de suciedad o daños en la policromía. También advirtieron intervenciones anteriores que o no se realizaron bien o eran incorrectas, así como partes desprendidas, roturas del lienzo y «algo que preocupaba mucho», abultamientos ocasionados por la caída de material posterior que presionaba la pintura y «son el causante del mayor deterioro».

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          Una vez analizados los aspectos principales a restaurar, Beatriz y Sara protegieron la pintura para que no sufriera daños durante el proceso. Inicialmente, retiraron todos los desprendimientos posteriores para después trabajar en los elementos arquitectónicos. Asimismo, se eliminaron las anteriores intervenciones que eran incorrectas y tomaron la decisión «después de hacer una prueba» de devolver la mesa del retablo a su esplendor original quitando un tablero de DM que se había colocado encima. En cuanto a la pintura, más concretamente en las tres roturas halladas, «se habían ido desprendiendo parte de las fibras» por lo que fue necesario rellenarlas. De otra parte, y debido a la capa de goma-laca que la cubría, la obra había perdido color, que ahora se ha recuperado después del trabajo realizado, recobrando su tonalidad original y manteniendo la idoneidad del conjunto.

               Alberto Herreras ha querido completar la presentación con una serie de datos históricos de la obra, remarcando que se desonoce el autor de la obra, tampoco el del tallista que hizo el retablo, «sí el dorador, Francisco de la Presa, que había participado en los trabajos del retablo mayor de La Fuencisla. Como dato curioso, Herreras ha detallado que el altar del retablo de San Gregorio está cambiado con el de Nuestra Señora, justo enfrente. De hecho iconográficamente puede advertirse la corona papal —que correspondería a San Gregorio— bajo la imagen de Nuestra Señora. Un cambio que ocurrió con las obras de ampliación de la ermita y que a día de hoy queda como curiosidad para contar.