LA DIÓCESIS AGRADECE LA LABOR DE LOS SEGOVIANOS EN LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA

Bajo el lema «Orgullosos de nuestra fe», la Diócesis celebra este próximo domingo, 12 de noviembre, el Día de la Iglesia Diocesana. Una jornada en la que festejamos el sentido de pertenencia a la gran familia del Pueblo de Dios que peregrina en Segovia.

Gracias al personal contratado y a los voluntarios es posible llegar a cada rincón de nuestra Diócesis y dar respuesta a las necesidades y llamadas de quien acude a la Iglesia para buscar refugio, alimento, hogar o acompañamiento. Todos somos corresponsables y de todos depende la prosperidad de esta familia diocesana. Cada uno puede aportar lo que considere, cualidades, tiempo, oración, donativos... todo suma para hacer la vida más sencilla a quien menos recursos tiene.

En nuestra Diócesis, hay un total de 25 centros en los que se atiende a personas sin recursos, familias, ancianos, enfermos, personas con discapacidad, mujeres y víctimas de violencia, menores y jóvenes, personas sin empleo o drogodependientes. En todos ellos, y gracias al esfuerzo de quienes allí trabajan o colaboran, el pasado año se atendió a más de 7.200 personas. A ello hay que sumar las más de 7.000 personas atendidas por Cáritas Diocesana de Segovia gracias al empeño de sus 245 voluntarios. Y los más de 1.700 beneficiarios directos y 1.5 millones de beneficiarios indirectos de los proyectos de cooperación al desarrollo en el mundo promovidos y alentados por los 15 voluntarios de Manos Unidas Segovia.

Este Día de la Iglesia Diocesana sirve también para agradecer el compromiso de la comunidad parroquial, integrada por 149 sacerdotes diocesanos que cumplen con su misión pastoral en las 336 parroquias de nuestra provincia. Tampoco podemos olvidarnos de los 226 religiosos y religiosas, y los 89 monjes y monjes de clausura, ejemplo de compromiso de vida consagrada. Agradeciendo también la vocación del único seminarista mayor con el que la Diócesis contaba el pasado año y que, ya ordenado Diácono, camina hacia el ministerio sacerdotal. En este día, también hay que agradecer la labor de los casi 450 catequistas, el compromiso misionero de 91 paisanos que llevan la voz del Señor por el mundo, y la confianza de las familias en la educación religiosa.

No podemos olvidarnos del vasto patrimonio del que la Diócesis es propietaria, puesto siempre a disposición de todos, y cuidado con el celo que merece como legado recibido y herencia que queremos dejar a las generaciones futuras. Es por eso por lo que el año pasado se ejecutaron una veintena de proyectos de construcción y rehabilitación.

Finalmente, hay que agradecer todas esas aportaciones económicas, mayores o menores, sin las que muchas de las acciones de la Iglesia no serían posibles. Gracias a ellas se llevan a cabo, por ejemplo, gran parte de las restauraciones patrimoniales de las parroquias. Y sirven para desarrollar proyectos encaminados a sufragar las necesidades de quienes menos recursos tienen.

Cada día, pero este 12 de noviembre de manera especial, podemos sentirnos «orgullosos de nuestra fe», porque gracias a ella formamos una familia, la mejor que se puede tener, la de los Hijos de Dios.

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