Mañana, 7 de marzo, tercer jueves de Cuaresma, un centenar de monasterios de clausura de toda España, pertenecientes a diversas órdenes, abrirán sus puertas a las 190 horas para que cualquier persona pueda acercarse a orar y participar de su oración comunitaria, desde las vísperas hasta la celebración de la Eucaristía. Una iniciativa enmarcada en el Año de la Oración convocado por el papa Francisco el pasado mes de enero, dedicado «a redescubrir el gran valor y la absoluta necesidad de la oración en la vida personal, en la vida de la Iglesia y en el mundo».

Dos de estos conventos se encuentran en la Diócesis de Segovia: el Monasterio de Santo Domingo el Real, de las Madres Domicas de Segovia capital; y el Monasterio de Santa Clara, de las Franciscanas Clarisas de Cuéllar.

Se trata de los Monasterios del Sagrado Corazón de las hermanas Clarisas de Cantalapiedra, el de San José de Batuecas de los Carmelitas descalzos, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana de las Agustinas Recoletas de Vitigudino y, en la ciudad de Salamanca, el Monasterio de Santa María de la Vega de las Oblatas de Cristo Sacerdote, en la Avenida de los Maristas; el Monasterio de Purísima Concepción de las Clarisas Franciscas Descalzas, en la calle Ponferrada; y, el Convento de la Madre de Dios de las Franciscanas de la Tercera Orden, en la Plaza de San Benito, que se sumarán a esta jornada de oración.

La Fundación DeClausura, consciente del valor de los monasterios como auténticas escuelas de oración, promueve esta iniciativa que invita a la sociedad a redescubrir la dimensión contemplativa de la vida, de la mano de los monjes y monjas de clausura. Esta propuesta que surge en sintonía con el mensaje de Cuaresma del papa Francisco, quien destaca este periodo es un tiempo para “detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios”, una oportunidad para desacelerar. Según el pontífice, “la dimensión contemplativa de la vida, que la Cuaresma nos hará redescubrir, movilizará nuestras energías”.

Desde la Fundación DeClausura también recuerdan que las comunidades monásticas rezan diariamente por la sociedad y, por ello, animan a enviar las intenciones de oración a través de su red de oración, para que las hagan llegar a su amplia red de conventos.