EL SANTUARIO DE EL HENAR VUELVE A SER HOGAR PARA LA VIDA RELIGOSA

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Desde que hace tres años los Padres Carmelitas se despidieran del Santuario de El Henar, la Diócesis ha persistido en la idea de dar continuidad en ese lugar a la vida religiosa. Siendo conocedores de la importancia del Santuario como lugar que congrega la devoción de numerosos fieles, que expresan a través de esta advocación de Nuestra Señora de El Henar su amor a la Virgen María.

            Después de que el proyecto emprendido con las Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús no fructificase, el ánimo inicial llevó a mantener el contacto con otros institutos y congregaciones religiosas que pudieran habitar el santuario.

No obstante, durante estos años la Diócesis ha contado con el servicio de Carlos Miguel García Nieto, sacerdote cuellarano perteneciente a la Diócesis de Toledo que ha llevado a cabo una intensa labor pastoral, especialmente animando el Año Jubilar celebrado en el Santuario. A él le agradecemos su profunda dedicación durante este tiempo.

Instituto “Notre Dame de Vie”

Siguiendo ese camino de búsqueda, al inicio de este año empezaron las conversaciones con el Instituto secular “Notre Dame de Vie”. Tras llegar a un acuerdo, será este instituto el que se haga cargo de la gestión de la zona conventual del santuario de El Henar con el fin de hacer de ese espacio un lugar propicio para retiros, convivencias y ejercicios espirituales.

Para ello, la Diócesis ha realizado en los últimos años trabajos de restauración y adaptación de las dependencias. Así, durante este curso, varias personas estarán dedicadas a esa gestión, pero también pendientes de la acogida de todas las personas que se acerquen al santuario. Contarán con la ayuda de los sacerdotes de Cuéllar, cuyo párroco será el responsable del culto en el Santuario, asistido por los dos vicarios parroquiales de Cuéllar y otro sacerdote que vendrá a residir a Vallelado. De este modo, se asegura la atención sacramental del Santuario.

En la gran familia del Carmelo, “Nuestra Señora de la Vida” es un Instituto Secular reconocido en la Iglesia desde 1973. Está constituido por sacerdotes, y por hombres y mujeres consagrados. El Instituto está constituido por tres ramas autónomas: femenina y masculina laical y sacerdotal. Cada una de ellas con sus propias Constituciones y responsables. Un Consejo Superior constituido por los responsables de las tres ramas aseguran la unidad y la fidelidad al Espíritu de Nuestra Señora de la Vida.

Este carisma de vida consagrada surge en Francia, por un lado, de la mano del Padre María Eugenio del Niño Jesús, carmelita descalzo, y, por otro, vinculado a un santuario mariano “Nuestra Señora de la Vida” que remonta su existencia a los orígenes del cristianismo en la zona francesa de Marsella donde se encuentra.