ALBERTO JANUSZ, UN NUEVO DIÁCONO PARA LA DIÓCESIS

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El joven seminarista segoviano Alberto Janusz Kasprzykowski Esteban será ordenado diácono el próximo sábado 15 de julio. La S.I. Catedral acogerá la celebración a partir de las siete de la tarde, presidida por el Obispo de la Diócesis, Mons. César Franco. Además, el acto será retransmitido en directo a través del canal de YouTube de la Diócesis.

            Siguiendo el protocolo estipulado Alberto ha realizado esta mañana la profesión de fe y el juramento de fidelidad ante el vicario general de la Diócesis, D. Ángel Galindo, y el Canciller-Secretario General, D. Alfonso Frechel.

            Licenciado en Física, tiene formación en el Teologado de Ávila y en la Universidad Pontificia de Salamanca. Ante la escasez de vocaciones en la Iglesia, esta ordenación es un motivo de gran orgullo y júbilo para la Diócesis.

            Familiares, amigos, sacerdotes y fieles acompañarán a Alberto en este día tan especial en su camino hacia el ministerio sacerdotal, con el que comienza una nueva etapa al servicio de la Iglesia segoviana y su pastor, el Sr. Obispo.

            La Eucaristía de ordenación diaconal es una celebración en la que se suceden varios momentos de especial relevancia para el futuro diácono. Tras el Evangelio, tiene lugar el acto de reconocimiento de que Alberto Janusz es un candidato digno para ser ordenado. «Después de haber consultado al pueblo cristiano, doy testimonio de que ha sido considerado digno», son las palabras que pronunciará D. Juan Cruz Arnanz, rector del Seminario diocesano.

            Posteriormente, Alberto efectuará sus promesas, aquellas que contribuyen a la realización de sus funciones: celibato, obediencia y colaboración con el obispo, rezar la Liturgia de las Horas, atender el altar… Y tras ello, el joven seminarista protagonizará la postración, momento en el que se invocará la intercesión de los santos mediante el canto de las letanías.

            A continuación, tendrá lugar el rito de ordenación diaconal con la imposición de manos y la plegaria de ordenación, tras el que Alberto recibirá su estola al estilo diaconal y será vestido con la dalmática.

Por último, recibirá el libro de los Evangelios como símbolo de su misión de anunciar la Buena Nueva mientras D. César pronuncie estas palabras: «Recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido constituido mensajero; esmérate en creer lo que lees, enseñar lo que crees y vivir lo que enseñas».

El ministerio diaconal

            Los diáconos se ordenan mediante la imposición de las manos heredada de los Apóstoles, para desempeñar eficazmente su ministerio por la gracia sacramental. Por eso, ya desde la primitiva época de los Apóstoles, la Iglesia Católica ha tenido en gran honor el sagrado Orden del diaconado.

             Es oficio propio del diácono administrar solemnemente el Bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al Matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el Viático a los moribundos, leer la sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y la oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y de la sepultura. Dedicados a los oficios de la caridad y de la administración, los diáconos han de recordar siempre el aviso del bienaventurado Policarpo: «Compasivos, diligentes, actuando según la verdad del Señor, que se hizo servidor de todos». (Concilio Vaticano II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium, núm. 29)