Secretariado de Medios

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En la mañana de ayer se procedió a la firma del Acta de Replanteo que permite el inicio de las obras de rehabilitación de la iglesia de San Esteban de la capital. Unos trabajos que comenzarán de forma inminente y que están sufragados, en su totalidad, por la Junta de Castilla y León.

En el acto estuvo presente el sacerdote responsable de la UPA Centro, D. Andrés de la Calle, acompañado por José María Rubio Marugán, Delegado diocesano de Patrimonio. Por su parte, también estuvo presente la jefa del Servicio Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de Segovia, Ruth Llorente de Andrés.  

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Desde la Diócesis nos congratulamos del inicio de estos trabajos que suponen el comienzo para recuperar uno de los baluartes patrimoniales del casco histórico de la ciudad. Asimismo, agradecemos a la Junta de Castilla y León su interés por la colaboración institucional y la conservación del patrimonio eclesiástico.

La prestación del servicio religioso católico de acuerdo con el oficio de sepultura del Ritual de la Iglesia Católica, en los entierros que se celebren en el Cementerio Municipal, y siempre que los interesados lo soliciten. Este es el objeto del contrato suscrito entre el Obispado de Segovia y el Ayuntamiento de la capital, en virtud del que se retoma la garantía a una atención digna a las familias en las exequias celebradas en el cementerio y junto a las sepulturas.

            A principios de este año, este convenio quedó suspendido tras la decisión unilateral del consistorio. El nuevo equipo de gobierno municipal mostró su disposición a retomar este servicio en colaboración con el Obispado, lo que ha quedado patente con la firma de un contrato menor entre ambas instituciones.

            En la mañana de hoy, el Obispo de la Diócesis, Mons. César Franco, acompañado del vicario general, Mons. Ángel Galindo, han sido recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde, José Mazarías, y la concejala de Servicios Sociales, Azucena Suárez. En el encuentro, don César ha querido remarcar que un convenio como este entra dentro del marco constitucional puesto «el artículo 16 de la Constitución dice que el Estado, evidentemente, no tiene una confesión estatal sino que tiene en cuenta las creencias y colaborará con la Iglesia católica y otras confesiones». Para, a renglón seguido, añadir que «hay que pensar que es un punto tan sensible,... de la muerte, del dolor, que es una forma de empatizar con la gente cuando más sufre».

 

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Por su parte, José Mazarías ha asegurado que «si hay unas prácticas que son aceptadas, demandadas, y además por una gran mayoría de la gente, hay que atenderlas». Asimismo, la concejala de Servicios Sociales ha agregado que se han mantenido contacto con otras confesiones y, «lógicamente», el Ayuntamiento garantizará el servicio religioso en caso de que así lo soliciten. Igualmente, el vicario general de la Diócesis ha afirmado que, aunque la capilla del cementerio esté consagrada por el rito católico, si alguien de otra confesión cristiana «quiere tener ahí una ceremonia, lo puede tener, que nos lo diga, y por nuestra parte lo hablamos con ellos».

El alcalde de la capital ha mostrado la disposición del equipo de gobierno municipal para mantener y ampliar la colaboración institucional entre Obispado y Ayuntamiento, tanto en la propia capilla del Cementerio Municipal —«que es parte de nuestro patrimonio, y hay que mantenerlo»— como en otras cuestiones de tipo social y cultural.

Cabe recordar que este servicio es ampliamente demandado y supone, en momentos tan difíciles como los del fallecimiento de un ser querido, un gran consuelo a las familias segovianas que libremente lo solicitan.

Bajo el lema «Orgullosos de nuestra fe», la Diócesis celebra este próximo domingo, 12 de noviembre, el Día de la Iglesia Diocesana. Una jornada en la que festejamos el sentido de pertenencia a la gran familia del Pueblo de Dios que peregrina en Segovia.

Gracias al personal contratado y a los voluntarios es posible llegar a cada rincón de nuestra Diócesis y dar respuesta a las necesidades y llamadas de quien acude a la Iglesia para buscar refugio, alimento, hogar o acompañamiento. Todos somos corresponsables y de todos depende la prosperidad de esta familia diocesana. Cada uno puede aportar lo que considere, cualidades, tiempo, oración, donativos... todo suma para hacer la vida más sencilla a quien menos recursos tiene.

En nuestra Diócesis, hay un total de 25 centros en los que se atiende a personas sin recursos, familias, ancianos, enfermos, personas con discapacidad, mujeres y víctimas de violencia, menores y jóvenes, personas sin empleo o drogodependientes. En todos ellos, y gracias al esfuerzo de quienes allí trabajan o colaboran, el pasado año se atendió a más de 7.200 personas. A ello hay que sumar las más de 7.000 personas atendidas por Cáritas Diocesana de Segovia gracias al empeño de sus 245 voluntarios. Y los más de 1.700 beneficiarios directos y 1.5 millones de beneficiarios indirectos de los proyectos de cooperación al desarrollo en el mundo promovidos y alentados por los 15 voluntarios de Manos Unidas Segovia.

Este Día de la Iglesia Diocesana sirve también para agradecer el compromiso de la comunidad parroquial, integrada por 149 sacerdotes diocesanos que cumplen con su misión pastoral en las 336 parroquias de nuestra provincia. Tampoco podemos olvidarnos de los 226 religiosos y religiosas, y los 89 monjes y monjes de clausura, ejemplo de compromiso de vida consagrada. Agradeciendo también la vocación del único seminarista mayor con el que la Diócesis contaba el pasado año y que, ya ordenado Diácono, camina hacia el ministerio sacerdotal. En este día, también hay que agradecer la labor de los casi 450 catequistas, el compromiso misionero de 91 paisanos que llevan la voz del Señor por el mundo, y la confianza de las familias en la educación religiosa.

No podemos olvidarnos del vasto patrimonio del que la Diócesis es propietaria, puesto siempre a disposición de todos, y cuidado con el celo que merece como legado recibido y herencia que queremos dejar a las generaciones futuras. Es por eso por lo que el año pasado se ejecutaron una veintena de proyectos de construcción y rehabilitación.

Finalmente, hay que agradecer todas esas aportaciones económicas, mayores o menores, sin las que muchas de las acciones de la Iglesia no serían posibles. Gracias a ellas se llevan a cabo, por ejemplo, gran parte de las restauraciones patrimoniales de las parroquias. Y sirven para desarrollar proyectos encaminados a sufragar las necesidades de quienes menos recursos tienen.

Cada día, pero este 12 de noviembre de manera especial, podemos sentirnos «orgullosos de nuestra fe», porque gracias a ella formamos una familia, la mejor que se puede tener, la de los Hijos de Dios.

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La iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora, de Cedillo de la Torre, ha concluido la restauración del retablo mayor. Conocida por su impresionante torre, atesora en su interior notables obras artísticas, siendo una de ellas el comentado retablo. Se trata de una representación barroca datada en el año 1738, de autor desconocido. Este se acomoda, como es habitual, en la pared frontal del presbiterio. Contiene una buena talla de La Asunción, así como interesantes pinturas de san Miguel, san Juan Bautista, la Ascensión y san Antonio de Padua, que también han sido restauradas.

Durante los trabajos se han descubierto, aunque de alguna forma la gente mayor algo intuía, dos pinturas sobre tabla de notable interés que estaban semiocultas por el sagrario. A falta de mayores estudios, pueden datarse en el siglo XVI y guardan cierta relación con el Maestro de Duruelo, activo en la zona. Representan a santa Catalina de Alejandría y a santa Bárbara. Ahora, se les ha buscado un lugar visible en la iglesia para su correcta contemplación.

El retablo tenía serios problemas de alteraciones del soporte, quemaduras, alteraciones y perdidas de la policromía, suciedad... Así, las labores de restauración han consistido en trabajos de consolidación y limpieza de todos los elementos, sentado de la capa pictórica y tratamientos preventivos generales, y han sido llevados a cabo por la empresa DAMMAR.  Cabe reseñar que los gastos ocasionados han sido sufragados por la parroquia y sus feligreses.

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Martes, 31 Octubre 2023 13:17

REVISTA DIOCESANA NOVIEMBRE 2023

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Monseñor César Franco, Obispo de Segovia, y D. Gonzalo Santonja, Consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, han firmado esta mañana el convenio en virtud del que se aprueba el marco rector de los criterios de actuación en las relaciones entre la Consejería y nuestra Diócesis, en materia de patrimonio cultural.  

            Estos criterios serán de aplicación para todas aquellas actuaciones que, de una u otra parte se lleven a cabo para la protección de los bienes, tanto muebles como inmuebles, integrantes del patrimonio cultural del que la Diócesis es titular. En virtud de este convenio, ambas instituciones asumen el compromiso de cuidar, proteger y poner a disposición de los ciudadanos de los bienes patrimoniales.

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            El consejero de Cultura ha querido resaltar el inmenso legado patrimonial de nuestra región —solo el Vaticano tiene más—, señalando asimismo que, aceptando esa condición de herencia, debe convertirse en un recurso. Eso sí, Santonja ha remarcado la necesidad de que se haga apelando a la corresponsabilidad de todos, instituciones y ciudadanos.

            Así, ha asegurado que «no podemos dar un paso sin ir de la mano de la Iglesia, desde la cordialidad, reconociendo lo que la Iglesia histórica y actualmente significa», puesto que el mayor patrimonio es de su propiedad.

Revisión de un acuerdo con historia

En el año 2011, se suscribió un Convenio específico de colaboración entre la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y cada una de las Diócesis de Castilla y León, con el fin de establecer un marco de actuación común en materia de patrimonio cultural. Actualmente, y finalizada la vigencia de los convenios suscritos, «era menester revisarlos, porque han cambiado la situación y la perspectiva».

En este punto, el consejero ha defendido el esfuerzo institucional por llevar a cabo una política preventiva puesto que, «una política basada en restaurar lo que se cae, tiene los pasos contados». Así, la idea es trabajar en buscar y atajar el problema antes de que ya no tenga solución.

Gonzalo Santonja ha subrayado la importancia de un acuerdo como el firmado hoy, en virtud del cual se muestra el compromiso de facilitar las pautas y el contenido mínimo del plan de gestión que debe elaborar la Diócesis sobre cada bien que sea objeto de la propuesta de actuación anual acordada por ambas partes.

Teniendo en cuenta que desde la Consejería «no podemos decidir en solitario» dónde invertir los recursos económicos para preservar el patrimonio, el consejero ha asegurado que en virtud de este convenio será la Diócesis, quien mejor conoce su patrimonio, quien establezca la priorización de las actuaciones en los bienes de su titularidad. Lógicamente, la Iglesia deberá poner a disposición de la Consejería los bienes en los que se va a actuar durante el tiempo de los trabajos. Y es imprescindible y fundamental, como ha manifestado el consejero, que se finalice el inventario de los bienes muebles de la Iglesia.

Corresponsabilidad

            Por su parte, el Obispo de la Diócesis, Monseñor César Franco, ha mostrado su agradecimiento a la Junta por el empeño de ayudar a la Iglesia en mantener «un patrimonio que nos supera». Porque la nuestra es una «Diócesis pobre» que no llega a cubrir las necesidades patrimoniales de todas sus iglesias, a pesar de que el Obispo reciba peticiones allí donde se hace presente.

            En este punto, ha resaltado el esfuerzo por mantener el patrimonio de los vecinos de las zonas rurales, por lo que la llegada de acuerdos como el firmado hoy supone «una gracia y un don». Y en ese clima de corresponsabilidad, cordialidad y colaboración, «lo que tenemos entre manos sepamos explotarlo al máximo en el sentido humanístico del término, esos bienes que hemos recibido como legado y es reflejo de la fe de un pueblo».

«Nosotros queríamos que constara muy claro, que la finalidad del patrimonio no es solo cultural, es religiosa», ha asegurado don César, para trasladarle al consejero su «total y leal colaboración» en todo lo necesario.

            Con la firma del convenio esta mañana, el acuerdo entra en vigor hasta el próximo año 2026, pudiendo prorrogarse mediante acuerdo de la Diócesis y la Consejería. En este sentido, el consejero ha querido subrayar que, por su parte, la duración del convenio debería ser «ilimitada», con independencia de quién gobierne en la Comunidad.

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El patrimonio histórico, artístico y documental de la Iglesia constituye una parte importante de nuestro acervo cultural, por lo que su puesta al servicio y disfrute de la sociedad así como su conservación y su incremento justifican la entre la Iglesia y las Administraciones Públicas. Todo ello, con el fin de preservar, dar a conocer y catalogar este patrimonio cultural en posesión de la Iglesia, facilitar su contemplación y estudio, lograr su mejor conservación e impedir cualquier clase de pérdidas en el marco del artículo 46 de la Constitución.

Seis años después de celebrarse el IV Centenario de la muerte del santo jesuita, la Diócesis de Segovia ve satisfecha como la institución del premio San Alfonso Rodríguez es una realidad consolidada. El galardón reconoce anualmente, en una sola persona, la labor callada pero eficaz de todos aquellos que dedican su tiempo a los pequeños servicios cotidianos en favor de la Iglesia y la sociedad.

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En este 2023, la distinción ha recaído en Teófila Barbado, la mujer de referencia en las labores de la Iglesia de Nava de la Asunción. Teo, como así la conocen todos en el pueblo, de 92 años, madre, abuela y humilde trabajadora dentro y fuera del hogar, recogió ayer la aldaba que rememora el oficio de portero que tuvo el santo segoviano. Y lo hizo de las manos del Obispo de la Diócesis, don César Franco, que, junto con el comité organizador del premio, se desplazó hasta la localidad del Arciprestazgo de Coca-Santa María como muestra de cercanía con todos los pequeños pueblos que, como Nava, no por estar más alejados de los centros administrativos lo están en la comunión que debe de caracterizar a la Diócesis entera.

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El acto, muy sencillo, tuvo lugar después de un recital de música y lectura en el que intervinieron vecinos de la localidad navera. La iglesia parroquial congregó a un nutrido número de feligreses que, después, acompañaron a Teo en un aperitivo distendido. Además, la premiada estuvo acompañada de los últimos sacerdotes que han pasado por Nava, de los que ella tanto se preocupa y con los que ha colaborado. Todo resultó sencillo y natural. Este es el estilo que, como san Alfonso procuraba hacer en vida, quiere imprimir la Diócesis a estos premios anuales a los que tantos segovianos serían acreedores por su buen hacer en favor de los demás. De momento, hasta la concesión del siguiente, Teo, la «san Alfonso de Nava», representa a todos ellos.

 

«Un día de júbilo y de alegría al que nos ha introducido el precioso Villancico de San Frutos». Así comenzaba la homilía de Mons. César Franco en la festividad de San Frutos, patrón de la Diócesis. Una fiesta que en la capital concentra todas sus miradas en la Catedral, mientras que en el resto de la ciudad se traslada a la parroquia de San Frutos y en la provincia al idílico enclave donde vivió el santo segoviano: la ermita de San Frutos, donde se celebra su memoria con procesión y Eucaristía.

En la Catedral, la fiesta comenzaba con la procesión de las autoridades eclesiásticas, civiles y militares hasta el trascoro. Una vez allí, daba comienzo el «Villancico de San Frutos» dirigido, por vez primera y con gran acierto, por una mujer: Cristina Ortiz Monreal, directora de Folk Segovia. La voz blanca de una niña y el coro han puesto voz a las notas del conjunto instrumental. Tras la interpretación del villancico, los actos se han trasladado al Altar Mayor, donde el Obispo de la Diócesis ha presidido la Eucaristía, acompañado por el vicario general, miembros del Cabildo y otros sacerdotes.

En su homilía, don César ha comenzado haciendo referencia a un villancico que viene con aires de Navidad, que es «júbilo, gozo, vida nueva y salvación que entra en la historia». El obispo ha asegurado qeu cuando la vida se vive sin el sentido de la trascendencia, «o dicho con lenguaje más vulgar, cuando vivimos la vida de tejas para abajo», se entiende la pregunta de Pedro a Jesús, claramente interesada: 'Hemos dejado todo para ti, ¿qué nos toca?'. Pedro no entendió a Jesús hasta la Resurrección, como los demás, y vivió pensando que Jesús fundaría el imperio del Mesías derrocando al Imperio Romano, pero sus expectativas estaban muy lejos de lo que él traía, como ha asegurado monseñor. 

 
 
A renglón seguido, ha asegurado que quizá las palabras de Jesús, si se interpretan literalmente, nos hacen pensar que no somos bienaventurados, pero lo que nos quiere decir Jesús «es que hay que optar por él». «No hay que limitarse a una cueva para ser santo, aunque ese haya sido el camino para muchos, incluido san Frutos», pero no es una vida a desprestigiar, «como se dice de manera tendenciosa», la de los que optan por dedicarse a Dios en cuerpo y alma. Y, haciendo alusión al presentador del villancico, don César ha asegurado que san Frutos se distingue por haber entregado su vida radicalmente a Dios, «y el que ama a Dios, es imposible que no ame a los demás y a este mundo creado por él. Es imposible que no busque el progreso de la justicia, en la verdad y en la caridad», ha subrayado, para agregar que Dios es el verdadero progreso y sin él, no hay futuro. Asimismo, ha querido remarcar que, aunque hoy resulten obsoletas, son los santos quienes han progresaso en el amor, la justicia y la santidad, definiendo la naturaleza de Dios y de la humanidad. Precisamente, son ellos, como se hace evidente en la figura de san Frutos, quienes se han preocupado y se siguen preocupando por los demás, por el dolor del mundo. 
 
En este punto, el Obispo de Segovia ha asegurado que con esas acciones se nos habla de una compasión universal, propia de Dios, «que se compadece de todas sus criaturas, no solo de los buenos, de todos». Y hablan también de la compasión de Cristo que, como dice san Pablo, «murió en la cruz para derribar el muro del odio que nos separaba». Aunque él se refería a judíos y paganos, pero como bien ha dicho don César, «hoy lo podemos extender al odio que se levanta entre las naciones, terrible drama». «¿Y cómo no pensar en lo que sucede en Ucrania, en Tierra Santa y en tantos países? ¿Cómo no pensar en esa violencia que se desata en este mundo de progreso y de avance tecnológico y científico? ¿Cómo no pensar que la violencia entre los adolescentes ha subido un 67% según las últimas estadísticas?», ha asegurado el prelado. Asimismo, volviendo a la figura de san Frutos, se ha cuestionado si es modelo de vida para los segovianos, «sospecho que no», ha sentenciado, mostrando su sorpresa por quienes no entienden que una persona pueda dedicarse a Dios, que pueda tener «el corazón tan puro y tan limpio que diga: 'Señor, esto solo para ti'», o no comprenden el estilo de vida misionera. En esta línea, ha querido remarcar que, aunque viviera en el siglo VII, san Frutos, al igual que santa Teresa de Calcuta, santa Teresa de Jesús o san Antonio María Claraet son modelos de vida cristiana para todos, aunque no tengamos el mismo estado de vida. 
 
 
 
 
 
 
 
«Si la vida solo consiste en lo que me van a dar, si solo se entiende en el dinero, en el bienestar entendido de una manera absoluta, narcisista y excéntrica, que yo vaya bien..., no entendemos nada, no ya de Dios, sino del hombre», ha sentenciado el Obispo de la Diócesis para culimnar bendiciendo a san Frutos, pidiéndole que cuide de «esta ciudad y tierra de Segovia, de esta Diócesis que te tiene por patrono; cuida de nuestras familias, de nuestros niños, ancianos; cuida de todos los proyectos de bien y de justicia de tanta gente; cuida de la paz, que no muera ningún inocente y no haya odio. Por último, ha querido pedirle al patrón, que cuide de nuestra vida cristiana para ser «verdaderamente testigos del Dios vivo, de ese Dios a quien san Frutos amó con total generosidad y entrega».
 
 

La Diócesis de Segovia ha concedido el VII Premio San Alfonso Rodríguez a Dña. Teófila Barbado. Desde 2017, la Diócesis entrega este premio a finales del mes de octubre, con el que reconoce la labor callada de todos aquellos fieles que dedican su tiempo a los pequeños servicios cotidianos en favor de la Iglesia y la sociedad. Con cariño, con generosidad, pasando desapercibidos, pero realizando una tarea eficaz y necesaria en el día a día de nuestras parroquias.

            En la actualidad, en Segovia siguen existiendo muchos «san Alfonsos Rodríguez» que nunca salen en las noticias. Fieles de a pie, gente sencilla como Teo —como se la conoce en el pueblo—, de 92 años, vecina de Nava de la Asunción. Madre de cuatro hijos y abuela de cinco nietos que siempre ha trabajado dentro y fuera del hogar: en la fábrica de galletas del pueblo, limpiando casas... Desde muy pequeña siempre ha colaborado con las labores de la iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora y de la ermita del Santísimo Cristo de la Expiración. Preocupada por el templo, pero también por sus vecinos, no ha dudado nunca en visitar a enfermos y personas mayores. Ahora que el paso de los años no le permite hacer tanto como le gustaría, sigue pendiente de los más pequeños detalles. Como a san Alfonso, todos la buscan y a todos atiende, siendo una referencia para el pueblo.

            La entrega de «el llamador», como se denomina al galardón, tendrá lugar el próximo domingo 29 de octubre a las 18 horas. Será en su pueblo, en Nava de la Asunción en la que es su segunda casa, la iglesia parroquial, tras un recital de música y lectura de textos de san Alfonso y santa Teresa de Jesús. El acto, muy sencillo al estilo del santo, pretende mostrar la realidad de una Iglesia acogedora y abierta a todos, que se nutre de la labor discreta y perseverante de personas como Teo que, en nuestros pueblos y barrios, salen diariamente al encuentro de los demás con la mayor entrega y total gratuidad.

San Alfonso Rodríguez

San Alfonso Rodríguez es conocido por ser el santo de lo cotidiano, alguien que podríamos denominar como nuestro «santo de la puerta de al lado».

Nacido en el barrio de El Salvador de Segovia, pasó la segunda parte de su vida, desde los 40 años hasta más allá de los 80, sirviendo como portero del colegio jesuita de Monte Sión, en Palma de Mallorca. Dicen que cuando oía la campana de la puerta, acudía a ella diciendo «Ya voy, Señor», franqueando el paso a todos. Allí se santificó en los pequeños servicios, escuchando a todos, procurando que todo estuviera bien.

Este domingo, 22 de octubre, la Iglesia celebra el Domund, el Domingo Mundial de las Misiones, esta vez bajo el lema «Corazones ardientes, pies en camino». Una jornada de oración por la causa misionera, en la que estamos llamados también a la colaboración económica para cooperar con ella.

La Diócesis de Segovia se une, como cada año, a esta jornada en la que pediremos por el casi centenar de misioneros que actualmente están desarrollando su labor fuera de nuestras fronteras. En concreto, de los 92 misioneros desplegados la mayoría, 71, se encuentran en América; 7 desarrollan su labor en África; 5 lo hacen en Asia y 9 en Europa. Cabe destacar que de ellos 60 son consagrados, 6 son sacerdotes diocesanos y 26 son sacerdotes religiosos.

Del total de misioneros segovianos desplegados por el mundo, 48 son mujeres (un 52,2% del total) y 44 hombres (un 47,8%), datos que reflejan una total paridad en lo que a género se refiere.

Todos podemos colaborar al sostenimiento de la misión, no solo con nuestra oración, también con nuestro tiempo y con nuestro donativo. Gracias a la ayuda que los diocesanos aportan al Domund —también a Infancia Misionera y Vocaciones Nativas—, los misioneros segovianos pueden seguir siendo testigos y presentar la Buena Noticia en cada territorio de misión. A continuación adjuntamos la memoria económica de la Delegación de Misiones en 2022:

 

OBRAS

INGRESOS

GASTOS

RESULTADO

Domund

57.507,51€

389,11€

57.118,40€

Vocaciones nativas

13.555,09€

91,72€

13.463,37€

Infancia Misionera

9.537,80€

64,53€

9.473,24€

TOTAL

80.600,40€

545,36€

80.055,04€

 

Cabe recordar que, además de esas aportaciones en fechas puntuales, también se puede colaborar a lo largo del año para mejorar el nivel de vida de la población en la que nuestros misioneros desarrollan su labor. Igualmente, es posible legar parte de la herencia al futuro misionero.

Todo aquel que quiera aportar su granito de arena puede hacerlo en los números de cuenta: ES30 2100 6112 7613 0050 0871 (Caixabank) y ES66 0075 5711 1107 0134 1298 (Santander)

CAMPAÑA #DOMUND2023

Una vez más, la campaña del Domund en nuestra Diócesis está centrada en las personas. Victoria Romero, Jesús María Herández, María Colorado, Miguel Ángel Niño e Irene Martín han querido compartir sus testimonios tras sus experiencias misioneras en Perú, Venezuela, Marruecos, la R.D. del Congo y Bolivia, respectivamente. Se da la circunstancia de que Irene pertenece a la Asociación «Talitha Kumi» de la parroquia de Santo Tomás, que este año cumple 25 años de misión. A lo largo de la semana, los perfiles en redes sociales de la Diócesis han ido abriendo el caramelo que se puede disfrutar, al completo, desde este domingo en el canal diocesano de YouTube.

Asimismo, se ha organizado una vigilia misionera: mañana, jueves 19 de octubre a las 19 horas en la parroquia de San Millán. Durante la celebración, la hermana Victoria Romero ofrecerá su testimonio de experiencia en Perú.

Igualmente, los espacios diocesanos en COPE, El Espejo de la Iglesia e Iglesia Noticia recogerán las vivencias, experiencias y testimonios de misioneros segovianos por el mundo.